jueves, 24 de febrero de 2011

Seguridad y 120.000 puestos de trabajo en tres años

Mohamed VI viajó el fin de semana pasado a Francia. Su embajador en España, Ahmedu Uld Suilem, nombrado el 26 de noviembre, se reunió por primera vez con nuestra ministra de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez, este martes. Demasiada casualidad para ser el primer y el segundo país que más invierten en Marruecos. Francia ha sido tradicionalmente su principal socio comercial. De allí proceden cerca del 15% de las importaciones marroquíes y allí exporta el 20% de sus productos. Pero cada vez le sigue más cerca España: origen del 11,2% de las mercancías importadas por Marruecos y el destino del 17,8% de las exportaciones. Dos aliados de oro en el ambicioso objetivo de preparar la economía nacional para su apertura a la competencia internacional. Todo ello aliñado con planes para modernizar sus infraestructuras. http://buscotrabajoanticrisis.blogspot.com/
El Estado pretende construir 15.500 kilómetros de autopistas, la línea de alta velocidad Tánger-Casablanca para 2015, tranvías en Casablanca y Rabat, además de una nueva terminal en el aeropuerto de Fez-Sais. Pero quizás, su apuesta más llamativa sea la de sus puertos -los impulsarán con 350 millones de euros- y la construcción de tres nuevas áreas industriales libres de impuestos. Omar Said dirige la zona franca de Tánger, la octava mejor del mundo este año, según 'The Financial Times'. Y no quiere ni oír hablar de inestabilidad, ni desigualdades. «Sí, es cierto, debemos mejorar cosas como la Sanidad y la Educación, pero también le digo que tenemos mucha confianza en el futuro y que en las próximas semanas se va a demostrar la solidez del modelo marroquí». Lo dice por los 120.000 puestos de trabajo que va a generar en tres años una multinacional con apellido francés: Renault. Su fábrica de ensamblaje será la más importante del sector de la automoción en África.
Zapatero tampoco quiere perder el tren marroquí. No solo por las 800 empresas españolas que se han instalado ya, con activos importantes en la practica totalidad de los planes sectoriales desarrollados por Rabat. Como el Emergence (automóvil, aeronáutica, textil, industria alimentaria), el Plan Envol (biotecnología, microeléctrica y nanotecnología), Plan Azur (turismo), además de los de agricultura y pesca. Analistas como Gonzalo Escribano, del Instituto Elcano, coinciden en que esta intensidad y diversidad en las relaciones económicas son «un objetivo deliberado» del Gobierno español para dar estabilidad a los acuerdos políticos. Convencido de que no hay mejor freno contra el islamismo radical, aliado más eficaz en la lucha antiterrorista contra el yijadismo, el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, no duda en pregonar en los telediarios que «para España la relación con Rabat es estratégica». Cuando el pasado mes de diciembre, Marruecos amenazó con desatar una crisis con España por el Sáhara, el vicepresidente primero del Gobierno se mostró «seguro de superar cualquier situación». Hace quince días, nos intercambiamos policías para potenciar la cooperación.

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