El Ministerio de Desarrollo Social de la Nación promueve, a través de diferentes programas y herramientas, el desarrollo de los pequeños emprendedores de todo el país. La ley de Microcrédito, el Monotributo Social y la ley de Marca Colectiva son políticas claves.
En nuestro país, la economía social ya generó 600.000 puestos de trabajo, un objetivo que pudo concretarse gracias a las políticas activas del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación.
Una de las principales herramientas que hicieron posible este crecimiento es la Ley de Promoción del Microcrédito, impulsada por Alicia Kirchner y sancionada a mediados de 2006. A partir de esta ley y a través de la premisa del empleo como dinamizador social, el Programa de Promoción de Microcréditos “Padre Carlos Cajade” del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación ha invertido cerca de 250 millones de pesos en el otorgamiento de nuevos créditos acompañados por un asesoramiento técnico que logre no sólo darle valor agregado a la producción de los pequeños emprendimientos sino también ayudar a que estos puedan acceder más fácilmente a los canales de comercialización. Una muestra fehaciente de la efectividad del programa resulta ser que con una tasa de interés máxima del 6%, alrededor de 1.300 organizaciones han otorgado, de manera descentralizada, más de 115.000 microcréditos a más de 80 mil emprendedores de todo el país, con un porcentaje de devolución efectiva de los fondos del 93%.
Los microcréditos son una pieza clave para hacer frente al desafío de construir una economía dinámica y solidaria que tenga al trabajo como principal articulador social. Destinados a personas, grupos asociativos y cooperativas de escasos recursos, los microcréditos se otorgan de manera descentralizada a una tasa de interés por debajo de la tasa de mercado. Lo innovador del microcrédito resulta que no sólo trabaja con la transferencia de recursos financieros sino que también hace hincapié en la capacitación y en la asistencia técnica para la viabilidad de los emprendimientos socio-productivos. Reconocer el acceso al crédito como un derecho de todos y no sólo de aquellos que poseen garantías patrimoniales, resulta imprescindible para avanzar hacia una sociedad con igualdad de oportunidades.
Otra de las herramientas de la economía social del Ministerio de Desarrollo Social es Marca Colectiva, que surge de una ley nacional promovida por Alicia Kirchner durante su gestión en el Senado, sancionada y reglamentada a fines de 2008.
Muchos de los emprendedores que participan de las ferias forman parte de este proyecto, que es una de las cinco herramientas de Manos a la Obra, el plan central de la Economía Social que desarrolla el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación. Actualmente hay 35 marcas inscriptas y otros 50 emprendedores están en contacto con el Ministerio para inscribirse. El ministerio no sólo brinda apoyo en el nivel de la producción, también ayuda a comercializar los productos, diseñar de marca, el packaging y realizar el control de calidad.
Por último, el tercer pilar de la economía social es el Monotributo Social, una categoría tributaria novedosa, impulsada por la gestión de la ministra de Desarrollo Social de la Nación, Alicia Kirchner, especialmente pensada para aquellos emprendedores de la economía social que llevan adelante pequeños proyectos productivos o trabajan de manera independiente ofreciendo sus productos o servicios. Trabajadores cuentapropistas que, por su nivel de ingresos y su situación de vulnerabilidad social no alcanzan la categoría más baja del monotributo general. Ya son más de 160.000 los emprendedores inscriptos en esta categoría impulsada por el Ministerio.
En Tres Arroyos
Mercado “Madre Tierra”, un espacio que fomenta la producción local de calidad
Conmemorándose 126 años de la Ciudad de Tres Arroyos, el sábado 24 de abril, la ministra de Desarrollo Social de la Nación, Alicia Kirchner, recorrió junto a su equipo el mercado “Madre Tierra”, un emprendimiento formado por 30 familias que surgió en 2005 con apoyo de la cartera social a través del Programa de Promoción del Microcrédito para el Desarrollo de la Economía Social.
El emprendimiento “Madre Tierra” comenzó en 2005, cuando un grupo de familias de Tres Arroyos, con apoyo del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación y diferentes organizaciones e instituciones locales, decidió recuperar un viejo galpón del ferrocarril abandonado para convertirlo en un pequeño mercado. El proyecto reúne a productores familiares, artesanos y pequeños emprendedores que tienen como principal objetivo ofrecer sus productos de calidad al consumidor sin intermediarios.
Martín Goizueta, uno de los miembros fundadores del proyecto, explica en qué medida este emprendimiento –del que ya forman parte alrededor de 30 familias- pretende impulsar el comercio justo mediante la relación directa entre el productor y el consumidor, ofreciendo productos de calidad a buen precio y promoviendo la organización de pequeños productores y emprendedores y su articulación con otras asociaciones.
Las familias productoras pertenecen, básicamente, a cuatro rubros: el textil, el de productos de granja y de quintas –verduras, quesos, miel-, el de artesanías y el de productos alimenticios.
Además de fomentar el comercio directo entre el productor y el consumidor, “Madre Tierra” ofrece líneas de financiamiento para los emprendedores y trabaja articuladamente con el programa del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación del Banquito Popular de la Buena Fe. También se organizan capacitaciones técnicas para mejorar la calidad de los productos y se trabaja con los jóvenes y sus problemáticas, dándoles un lugar en el proceso organizativo.
El principal objetivo del proyecto es fomentar la industria local y darle forma a los diferentes mercados locales que van surgiendo. “Queremos que los productores de cada territorio tengan la oportunidad de comercializar sus productos, que además son sanos, recién producidos, y de calidad. También es una oportunidad para el consumidor, que puede conseguir productos de muy buena calidad y a precios accesibles”, explica Goizueta. Y asegura: “Nada de esto hubiera sido posible sin la articulación con un Estado activo, que promueve políticas activas y que nos hace sentir parte de un modelo de país. Hoy vemos que el esfuerzo vale y que este país está cambiando para el bien de todos”.
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