sábado, 8 de enero de 2011

gobernador de Florida, Rick Scott, que jurará el cargo el próximo 4 de enero, ultima su ambicioso plan para reactivar la economía del estado, con la c

El nuevo gobernador de Florida, Rick Scott, que jurará el cargo el próximo 4 de enero, ultima su ambicioso plan para reactivar la economía del estado, con la creación de al menos 700.000 nuevos puestos de trabajo y el recorte de impuestos a las empresas, entre otras medidas. http://buscotrabajoanticrisis.blogspot.com/

El republicano Scott, de 58 años, y su equipo de transición han diseñado el plan 7-7-7, es decir, siete pasos en siete años para crear 700.000 nuevos empleos, un compromiso que ya había avanzado en este verano pasado en su campaña electoral, según se informó hoy.

El objetivo final es incrementar la fuerza laboral de Florida en un 24 por ciento y alcanzar el millón de puestos de trabajo, gracias a una serie de medidas entre las que se incluyen el recorte del gasto público y la eliminación de ciertas regulaciones de negocios.

La tasa de desempleo de Florida se situó en el 12 por ciento de la población activa en noviembre pasado, superior al promedio nacional de Estados Unidos, que se sitúa en el 9,8 por ciento.

El equipo de Scott, que fue en el pasado el responsable de la mayor cadena de hospitales de EE.UU., ha fijado también como dos de sus prioridades la consolidación de algunas agencias del cuidado de la salud del estado y una mayor recaudación de ayuda económica federal para el Medicaid.

En ese sentido, el Equipo de Transición de Servicios Humanos y Salud recomendó en días pasados al gobernador elector que continúe con su apuesta por la revocación de la ley de reforma del sistema sanitaria promulgada por el presidente Barack Obama.

Scott, un empresario que amasó una fortuna en el sector de la salud, señaló que revisará las recomendaciones y continuará manteniendo encuentros con los equipos de transición de su gobierno.

El nuevo gobernador de Florida invirtió más de 70 millones de dólares de su bolsillo en la campaña electoral y fue uno de los candidatos respaldados por el movimiento conservador Tea Party en los comicios de noviembre, en los que venció en una apretada elección a la demócrata Alex Sink.

Durante la campaña, Scott fue atacado por Sink al cuestionar su honradez por un caso relacionado con una de las cadenas de hospitales de las que era presidente (Columbia/HCA), multada con 1.700 millones de dólares por fraude al Medicare cuando éste abandonó la compañía en 1997.

Ahora, Scott tiene el reto de cumplir con los puntos programáticos que defendió en su campaña, entre otros la eliminación de regulaciones, la reducción de impuestos y el recorte del gasto público, esenciales para, según el nuevo gobernador, recuperar la senda del crecimiento económico.

En ese contexto, Scott se propone cerrar la Oficina del Control de Drogas de Florida y eliminar todos esos puestos fijos de trabajo, una decisión que ha recibido fuertes críticas por parte de algunos funcionarios que creen que este departamento desarrolla un papel importante.

Asimismo, los asesores del próximo 45 gobernador de Florida se replantean en estos momentos el modelo de los hospitales públicos del estado, entre los que se incluye el sistema de salud del Jackson y hospitales del condado de Broward, y evalúan la conveniencia de que el estado participe en el "negocio del control de una empresa competitiva mediante el uso de impuestos y subsidios".

Scott llega al gobierno de Florida para sustituir a Charlie Crist, quien fue derrotado por el republicano Marco Rubio en sus aspiraciones como independiente al escaño vacante en el Senado.

Clave del éxito de la campaña electoral de este millonario empresario fue su constante apelación a la lucha contra el desempleo y a su compromiso electoral de crear unos 700.000 puestos de trabajo en Florida, uno de los estados con una tasa de desempleo más alta de Estados Unidos.

Además, supo movilizar a la base republicana y canalizar el descontento y el enfado de una buena parte de los electores con la gestión de la Administración del presidente Barack Obama, pese a la desconfianza que generaba su pasado como empresario del sector de salud.

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