miércoles, 13 de abril de 2011

E.ON creará 1000 puestos de trabajo en Cantabria


El gigante energético E. ON ha decidido apostar por Cantabria. La empresa convertirá la central hidroeléctrica de bombeo de Aguayo en la segunda del país. Para hacerlo, invertirá 600 millones de euros y creará en los momentos de mayor actividad mil puestos de trabajo, tal y como adelantó este periódico (ver El Diario del 20 de febrero). La nueva central producirá 2.000 GWh/año, reducirá la dependencia energética de Cantabria y será capaz de cubrir ella solita el cincuenta por ciento de las necesidades de consumo anual de la región.
El proyecto «perfecto», como se apresuró a calificarlo ayer el presidente de Cantabria, fue presentado en el Gobierno en un acto en el que Miguel Ángel Revilla tuvo sentado a su izquierda al presidente de E. ON España, Miguel Antoñanzas, un cántabro que tampoco ocultaba la satisfacción que le producía ser portavoz de tan buenas noticias: «Es el proyecto de mayor magnitud de los ejecutados por E.ON en España». También le congratula que encaje con el Plan Energético de la región.
Las futuras instalaciones conllevarán cuatro años de obras: comenzarán a construirse en 2014 y estarán acabadas en 2018, momento en que tendrán una potencia de 1.360 megavatios, muy superior a la de cualquier central nuclear de España. Pero para 2017 se espera que los primeros grupos de la central ampliada entren en operación comercial.
El plan de aumento consiste básicamente en la construcción de dos nuevas tuberías subterráneas de 1,5 kilómetros de longitud, casi paralelas a las actuales, y una caverna también bajo tierra en la que se instalarán las turbinas. Con las nuevas instalaciones en marcha, en lugar de las 33 horas que ahora tarda en llenarse el embalse de arriba, se bombeará el agua en sólo ocho horas en cualquier día. Además, en sólo seis, se podrá turbinar ese agua, lo que se traduce, en general, en que se producirá más energía en menos tiempo.
La compañía ha presentado ya las solicitudes a Red Eléctrica de España para el transporte de la energía, y a la Confederación Hidrográfica del Cantábrico para la modificación de la concesión de aguas y para obtener el pronunciamiento de este organismo sobre la necesidad de someter el proyecto a evaluación de impacto ambiental.
Grandes satisfacciones
Con el proceso en marcha, ayer todo eran sonrisas en la sede del Gobierno. Revilla dejó clara la importancia del anuncio con sólo una frase: «Se trata de la mayor inversión de la historia de Cantabria». En tiempos de crisis, y con todos los gobiernos intentando engrosar el pelotón de los sagaces, los representantes del Gobierno regional mostraron ayer su mejor cara para acompañar al número uno de E.ON. Con el añadido de que la actuación no producirá ningún impacto visual (todas las construcciones, tuberías y caverna, se realizarán bajo tierra) y proporcionará energía renovable. En un momento en el que la dependencia del petróleo está más que cuestionada, E.ON propone una alternativa «que permitirá un ahorro de 440.000 toneladas de crudo».
La vicepresidenta del Ejecutivo tampoco escatimó muestras de satisfacción. Gorostiaga hizo ver que el anuncio de E.ON casa a la perfección con la apuesta del Gobierno por las energías renovables. «Forma parte de la estrategia global», dijo, queriendo dejar claro que el equipo de Gobierno que lidera lleva tiempo empeñado en presidir ese pelotón de avanzados mientras la mayor parte se esfuerza en salvar los muebles.
La quinta española
El proyecto de E.ON para Aguayo incrementará la potencia de la central en 1.000 MW, hasta los 1.360. Se convierte así en una de las ampliaciones de potencia de estas características de mayor magnitud acometidas por el gigante energético, con lo que se convertirá a la instalación cántabra en la quinta central española por potencia de todo tipo de tecnologías.
Antoñanzas, que puso sobre la mesa la apuesta de E.ON por la innovación para incrementar la eficiencia energética en la idea de conseguir energía «limpia y mejor», explicó que la tecnología hidroeléctrica de bombeo o reversible es la mejor tecnología de respaldo a las fuentes renovables. Este tipo de centrales almacenan energía en horas de baja demanda (horas valle) y la liberan de forma inmediata y con cero emisiones en horas pico o de exceso de demanda.
El presidente de E.ON también se refirió al nulo impacto ambiental de la construcción que se hará. El carácter del proyecto hará que la nueva infraestructura no genere agresiones visuales o paisajísticas, dijo, explicando que se construirá una caverna para la sala de generación en la que se instalarán cuatro grupos de turbinas reversibles con potencia aproximada, cada una, de 250 MW.
De esta forma, los equipos de generación y las conducciones de agua estarán totalmente bajo tierra. Tampoco habrá que tocar las instalaciones con que se cuenta en la actualidad y que están en funcionamiento, por lo que el impacto medioambiental será mínimo ya que las infraestructuras existentes, los embalses inferior de Alsa y superior de Mediajo, tienen capacidad suficiente y no habrá que realizar en ellos actuaciones de relevancia.

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