Un estudio del Ministerio de Medio Ambiente sobre hábitos alimentarios ratifica que los españoles no dejan de comer bien con la crisis, ni se privan demasiado de sus salidas, sus montaditos y tapas, pero la consecuencia más evidente de la crisis se percibe en el ámbito laboral, donde uno de cada cinco españoles llevan su comida en el tupper o fiambrera al trabajo. Mientras que hace un año, el 13,4% admitía que llevaba su comida al trabajo, en 2009 la cifra es del 21,8%.
Los datos confirman también un aumento del porcentaje de gasto a la hora de comer en casa, otra señal de que muchos españoles han decidido espaciar sus salidas.
El consumo de alimentos se ha mantenido estable en los primeros nueve meses de 2009, respecto de 2008. La ministra Elena Espinosa, ha destacado el aumento del consumo de productos relacionados con la dieta mediterránea. Más frutas y hortalizas frescas, así como aceite de oliva y algunos productos con denominación de origen como quesos y vinos.
La caída en el gasto alimentario ha sido de sólo 1,5%, una cifra mínima comparada con los descensos que experimentan casi todos los sectores de la economía española.
Menos restaurantes, pero buenos
El informe mantiene a España como el segundo país donde la gente más sale a comer fuera.
Entre el público de edad adulta, se han espaciado las salidas, pero se han mantenido las preferencias por los mismos lugares, en cambio, los más jóvenes prefieren mantener el ritmo de salidas pero eligen lugares más baratos.
Espinosa ha confirmado que España ocupa el segundo lugar con mayor número de visitas per cápita al año, con un total de 1967, y con mayor gasto por comensal por visita, cifrado en 4,85 euros.
El estudio ha sido elaborado por el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, con la colaboración de MERCASA, que ha presentado su anuario.
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