lunes, 14 de diciembre de 2009

busco trabajo / search your job: Una reciente iniciativa de los trabajadores cartoneros de todo el país, organizados en cooperativas, los muestra a la

Con una generación de residuos domiciliarios de más de 12 millones de toneladas por año, gran parte de la cual termina enterrada o en basurales a cielo abierto, establecer una política de reciclado a mediano plazo es una cuestión estratégica para nuestro país. Transformar esta necesidad en una política de Estado puede ser una solución tanto en materia medioambiental como sanitaria, laboral y económica.
Una reciente iniciativa de los trabajadores cartoneros de todo el país, organizados en cooperativas, los muestra a la vanguardia de esta problemática.
Con la participación de cooperativas de 16 provincias, se concretó recientemente el Primer Foro Nacional Sobre Residuos Sólidos Urbanos, convocado por la Cooperativa de Recuperadores y Recicladores Urbanos “Padilla”, la Asociación Sindical de Cartoneros Independientes de la República Argentina (ASCIRA) y la Secretaria de Ecología y Ambiente de la Central de Movimientos Populares (CMP).
Durante las dos jornadas se abordó la problemática de los RSU (residuos sólidos urbanos), desde el trabajo y la construcción en los barrios de un ambiente saludable para toda la comunidad, quedando demostrado que esta actividad, históricamente marginal y considerada denigrante por gran parte de nuestra sociedad, fue durante mucho tiempo sustento principal de varios núcleos oligopólicos económicos en detrimento de la gran mayoría. Como ejemplo, basta saber que actualmente el cartonero recibe 200 pesos por cada tonelada de papel que vende, pero la empresa que lo adquiere comercializa esa misma tonelada a no menos de 780 dólares, incorporándole valor agregado básico. Unos hicieron mucha plata, mientras que esos trabajadores fueron cada vez más marginados.
Tal como señalaron en el Foro, “a estos servidores públicos se los conoce también como cirujas, botelleros, carreros y quemeros; representando una de las principales manifestaciones de estrategias de supervivencia de sectores populares excluidos por las políticas de los gobiernos neoliberales, y que a partir de esta actividad se han resistido a perder su condición de trabajadores. La práctica laboral de los “recuperadores informales de residuos reciclables” data según la revista “Caras y Caretas” desde 1870. Recién en estos últimos años y producto de la crisis de diciembre de 2001 es donde, y como efecto de su masiva presencia en las calles de los conglomerados urbanos, se vuelven sujetos “visible”, y empiezan a ser contemplados por las políticas de gestión de residuos domiciliarios, que como en el caso de la fracción inorgánica o seca, al ser recuperada (papel, cartón, chatarra, vidrio, plásticos) se puede reciclar”.
Si bien la Legislación vigente tanto de la Ciudad Autónoma como de la Provincia de Buenos Aires, “reconoce su labor”, aún es insuficiente la intervención del Estado a fin de implementar su integración laboral e inclusión social como parte de una justa y equitativa distribución de la riqueza que generan. Esa intervención permitiría, además, que los recursos de los Estados municipales -que en el GBA implica destinar entre el 30 y el 40% del total de sus presupuestos a la contratación de empresas recolectoras de residuos- fuesen aplicados a políticas integrales que generarían puestos de trabajo, solucionando serios problemas medioambientales y sanitarios.
La actividad de la recuperación y el reciclado ha demostrado ser una alternativa ambientalmente sustentable, que permite minimizar importantes volúmenes de residuos domiciliarios, que de otra manera tendrían como destinos los rellenos sanitarios que gestiona la CEAMSE y que hoy están colapsados. Además, el reciclado del plástico permite un importante ahorro en el consumo de petróleo, energía que viene escaseando y faltando en el mundo entero.
Un rol social
Durante las dos jornadas en que se desarrolló el Foro, se abordaron temas como “Contaminación, Cambio Climático, Medio Ambiente y Salud”, “La Gestión Integral de Residuos Sólidos Urbanos (GIRSU)”, “Experiencias de los actores informales (cartoneros), los recuperadores y recicladores urbanos corporativizados”, “La generación de trabajo decente a partir de la separación en origen. Campañas Comunicacionales de concientización ambiental y Programas de Recuperación diferenciada en los barrios”, y “Aspectos económico-productivos de la cadena de valor del reciclado. La autogestión de los trabajadores en dichos procesos”.
También se presentó el “Proyecto PRRI – Plantas Regionales de Reciclado Industrial / Conformación de las Unidades de Producción Barrial, y las Unidades de Producción Regional”, elaborado en la Central de Movimientos Populares.
Las reflexiones de cada una de las experiencias expuestas demostraron el orgullo, para muchos, de ser cartoneros, asumiendo el rol social de esa tarea más allá de la extrema necesidad por la que fueron empujados y superando la denigración con la que muchos los asocian.
Desde lo técnico, se asume asimismo que el enterramiento de los residuos, más allá de saber que se está enterrando un importante capital económico, en muy escaso tiempo -dos años en nuestra Provincia de Buenos Aires- no tendrá espacio donde instalarse, como así también que, en las condiciones que se viene realizando hasta hoy, es un altísimo contaminante y destructor de nuestros suelos, con el agravante de la proliferación de nuevas y desconocidas enfermedades en las zonas donde se concentra y entierra toda la basura.
Este Primer Foro Nacional sobre Residuos Sólidos dejó en claro que todos los residuos son reciclables y reconvertibles en materia prima con hasta un 98 % de pureza para su reindustrialización, demostrando que los Residuos Sólidos (Papel/Cartón-Metal-Plástico-Vidrio) ya se reconvierten en bienes de uso y, los Residuos Húmedos, son fertilizantes naturales para nuestros suelos, eliminando la contaminación de nuestra tierra, mejorando nuestra salud futura y, fundamentalmente, minimizando totalmente la necesidad de espacios, que ya no quedan, para enterrarlos.
La participación del Gobierno Nacional como auspiciante a través del INAES (Instituto Nacional de Economía Social), la Comisión Nacional de Tierras Para el Hábitat Social, y la Secretaría de Cultura de la Nación, y del Gobierno Provincial a través de su Secretaría de Medio Ambiente, permite afirmar su voluntad expresa de impulsar esta metodología, más aún teniendo en cuenta el reciente lanzamiento del Plan ARGENTINA TRABAJA mediante el sistema Cooperativo de trabajo, lo que permite pensar que, antes de lo imaginable, miles o millones de argentinos inmersos en esta actividad, podrían contar con un trabajo en blanco, aporte Previsional y Obra Social, consolidando así la premisa de redistribución de la riqueza que viene profundizando día a día para beneficio de los más desprotegidos de nuestra sociedad.
Para quienes pudimos disfrutar de esta jornada, nos cabe la reflexión de haber comprobado cómo los marginados por aquellas políticas nefastas de nuestra historia, han superado esa discriminación y se han convertido en un verdadero ejemplo de lucha, basados en la cultura del trabajo hacia su propio progreso y en beneficio de toda la sociedad sin que muchos lo valoren.

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